ORIGENES DEL PORRO AL ESTILO PAISA
El Origen del Baile del Porro en Medellín: Tango, Salsa y el Nacimiento del "Porro Paseado"
La historia de cómo se baila el porro en Medellín no nace en el campo ni en las riberas, sino en los salones de baile de la ciudad en pleno siglo XX, y es una historia marcada por el encuentro y la fusión con otros ritmos foráneos que llegaban con fuerza, principalmente el tango y, más tarde, la salsa.
1. El Tango: La Influencia Fundacional (Décadas de 1940 y 1950):
El Contexto: Medellín, en su proceso de industrialización y crecimiento, recibía influencias culturales de todo el mundo. El tango argentino y uruguayo, ya un fenómeno global, encontró un público ferviente en la ciudad. Salones como El Salón Málaga (aunque más asociado luego al tango puro) y otros locales populares eran puntos de encuentro.
El Encuentro: Fue en estos salones donde bailadores de tango (inmigrantes o locales aficionados) coincidieron con los paisas que bailaban su música tradicional, incluido el porro que sonaba en formatos de banda pelayera u orquesta.
El Nacimiento del "Porro Paseado": Este intercambio fue crucial. Los bailarines paisas observaron la elegancia, la postura erguida, la conexión estrecha de la pareja y los pasos caminados ("paseados") del tango. Comenzaron a imitarlos y adaptarlos al ritmo más alegre pero también cadencioso del porro. Así nació el "porro paseado", el estilo clásico de baile en pareja agarrada asociado a Medellín.
Préstamos Tangueros Específicos:
El Agarre Fuerte y Erguido: Se adoptó la postura cerrada y vertical del tango, más formal que quizás el agarre más relajado de los bailes campesinos.
"La Zancadilla": Este elemento coreográfico del tango (un enlace o cruce de pies que puede simular o provocar un tropiezo sutil) fue incorporado como una figura estilizada dentro de la secuencia del porro paseado.
Los "Ochos": La figura del ocho (que la mujer dibuja con sus pies/piernas mientras el hombre guía) fue otro préstamo evidente del tango, añadiendo fluidez y desplazamiento lateral al baile del porro.
La Caminata (Paseo): La base del baile dejó de ser solo un arrastre o balanceo en el sitio para incorporar desplazamientos suaves por la pista, imitando el "caminar" tanguero pero adaptado al compás del porro.
2. Otras Influencias Tempranas (Pasodoble, Milonga, Bolero):
También la mezcla con pasodoble, milonga y bolero. Esto refuerza el ambiente de los salones medellinenses:
Pasodoble: Su ritmo marcial y movimientos enérgicos (inspirados en corridas de toros) pudieron influir en la postura firme y algunos pasos marcados.
Milonga: Como antecesora del tango, compartía elementos rítmicos y de baile en pareja cerrada que reforzaron la adaptación tanguera al porro.
Bolero: Su lentitud dramática y el énfasis en la conexión romántica de la pareja reforzaron el aspecto de intimidad y cortejo del porro paseado, especialmente en las partes más lentas o melodiosas de los porros.
3. La Revolución de la Salsa (Finales de los 60 en Adelante):
La Llegada del Nuevo Ritmo: A finales de la década de 1960, la salsa caribeña (especialmente la neoyorquina y puertorriqueña) explotó en popularidad en toda Latinoamérica, y Medellín no fue la excepción. Llegó con una energía diferente, más urbana y con un baile lleno de vueltas rápidas y figuras vistosas.
Impacto en el Baile del Porro: Los bailadores paisas, siempre atentos a las novedades, comenzaron a incorporar elementos salseros al porro moderno que también se aceleraba musicalmente:
Vueltas Más Rápidas y Elaboradas: Se añadieron giros individuales y en pareja mucho más veloces y numerosos que los lentos ochos o giros simples del porro paseado original. Se buscaba el lucimiento.
Mayor Despliegue Escénico: La influencia de la salsa fomentó un baile más "exhibicionista", con figuras que rompían momentáneamente el agarre fuerte, aunque manteniendo la conexión de manos.
Energía Acelerada: El espíritu frenético de la salsa se fusionó con la alegría del porro, llevando el baile a un nivel de energía más alto, especialmente apto para las nuevas generaciones y los espacios más abiertos o discotecas que empezaban a surgir.
Conclusión: El Baile del Porro Medellinense, un Hijo de la Fusión
El origen del baile del porro en Medellín no es puramente folclórico rural, sino urbano y mestizo. Nació en los salones de la ciudad a mediados del siglo XX cuando el "porro son" tradicional (interpretado por bandas pelayeras) encontró a los bailadores de tango. De esta fusión nació el "porro paseado": un baile de pareja agarrada, erguido, con desplazamientos elegantes ("paseos"), figuras prestadas como la "zancadilla" y los "ochos", y una conexión íntima reforzada por influencias del bolero y la milonga.
Posteriormente, a finales de los 60, la explosión de la salsa inyectó velocidad, vueltas rápidas y un mayor despliegue coreográfico, adaptándose al porro moderno que también aceleraba su tempo. Así, el baile del porro en Medellín es, desde su origen, un reflejo de la ciudad misma: receptiva, adaptable y capaz de mezclar tradición local con influencias globales para crear algo único y vibrante. Fue en esos salones donde el "arrastre" campesino se transformó en el "paseo" urbano y elegante que caracteriza el baile clásico del porro paisa.
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