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El porro estilo Medellín: cuando la sabrosura costeña se vistió de elegancia paisa

 El porro estilo Medellín: cuando la sabrosura costeña se vistió de elegancia paisa


Hablar de Medellín sin mencionar el baile es como hablar de un café sin aroma. Entre las montañas del Valle de Aburrá, la música siempre ha sido más que simple entretenimiento: es identidad, memoria y forma de resistencia. Y dentro de esa historia, hay un protagonista que brilló con luz propia: el porro estilo Medellín.

El porro nació en la sabana costeña, cargado de tambores, gaitas y un aire de carnaval que parecía imposible de domesticar. Pero cuando llegó a Medellín, allá por mediados del siglo XX, encontró un público diferente. La clase trabajadora y los estudiantes de la ciudad lo abrazaron primero en fondas y casetas, pero pronto los salones de baile lo transformaron. El porro se “paisaizó”: se volvió elegante, con pasos refinados, giros cortos y un dominio del espacio que reflejaba la disciplina de una ciudad en plena modernización.

El estilo Medellín no perdió la picardía costeña, pero la mezcló con la sobriedad del paisa. Aquí no se bailaba con el desenfreno del carnaval de Barranquilla, sino con la finura de quien sabe que el baile es también una carta de presentación. Zapatos lustrados, vestidos impecables y un aire de orgullo acompañaban cada vuelta. Era un ritual social, un lugar de cortejo y una manera de decir “aquí estoy” sin palabras.



Los clubes sociales, las fiestas de barrio y las emisoras populares hicieron el resto. El porro estilo Medellín se convirtió en escuela. Se aprendía mirando, practicando, repitiendo hasta lograr que cada movimiento fuese natural. Y aunque el tiempo ha pasado, aún hoy, en verbenas de Manrique, San Javier o Itagüí, se siente ese eco de la ciudad que adoptó un ritmo costeño y lo volvió suyo para siempre.

El porro estilo Medellín no es solo un baile: es una forma de narrar la historia de una ciudad que, entre humo de fábricas y sueños de progreso, nunca dejó de moverse al ritmo de su propia identidad.

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